Autora: Andrea Ramírez
Viajes intergalácticos, robots, tecnología de punta, sentimientos sólidos, mentes digitalizadas y mucho más es lo que podrás encontrar en el libro de relatos cortos: “Si no podemos viajar a la velocidad de la luz” de la autora Kim Cho Yeop (Ulsan, 1993), publicado en 2019 y traducido al español en 2022 por Joo Hasun con Editorial Planeta. La ciencia ficción es un género que tiene más de cien años y se popularizó en la segunda mitad del siglo XX. Por mucho tiempo este género fue visto como poco relevante o de segunda categoría en Corea, pues se privilegiaba el realismo. Ciertamente, después de la década de los noventa y en los últimos años, la ciencia ficción ha sido uno de los géneros que se ha apoyado en Corea, y sobresalen varias artistas como Jung So-yeon (1983), Kim Bo-yong (1975) y Bora Chung (1976), entre otras. En este género se especula con acontecimientos que podrían darse en el futuro y se vale de varias ciencias para legitimar los argumentos en las obras; un ejemplo bastante conocido es el de Isaac Asimov, quien de hecho era profesor de bioquímica y escribió clásicos como Yo, Robot.
De hecho, la aparición de Kim Cho Yeop en el campo literario fue una sorpresa cuando en el año 2017 gana el primer y segundo lugar en el Korea Literary Prize for Science Fiction. Muchos conocemos relatos de ciencia ficción a través de películas como Blade Runner o Metrópolis, que han llegado a nosotros por los estadounidenses o europeos. Sin embargo, hacerlo de la mano de una joven autora coreana fue un paseo innovador para mí, y es una experiencia que recomiendo sin duda. ¿Nos depara un futuro agradable con los avances tecnológicos?, ¿estas realidades futuras serán sosegadas o nos harán extrañar el pasado distante?, ¿las relaciones humanas se modificarán por la tecnología? Creo que estas son algunas de las cuestionantes que surgen al leer las historias de las autora.
Es un gusto leer estos relatos, pues esta ficción se fortalece gracias a la formación académica de la autora, que al ser científica y con un máster en bioquímica, ha inyectado sus conocimientos en las historias haciendo que estas nos lleven a mundos posibles, a partir de la tecnología, ideas que ya existen y otras posibles en un futuro no tan distante. Esto podría clasificar su obra en ciencia ficción dura, pues es rigurosa y cuida de argumentos de tipo científico y técnico, a lo largo de sus relatos la autora trata de explicar en diversas ocasiones cómo funciona la tecnología y cómo se pudo llegar a ciertos hitos científicos, como la creación de embriones o el uso de nanosoluciones para modificar un cuerpo humano y convertirlo en un cíborg.
La figura femenina en el futuro y su lugar en el mundo es un aspecto que es explorado por la autora de formas diversas en sus relatos. Se exploran varios roles de las mujeres como hijas, madres, amigas y profesionales, además de cómo se relacionan con los otros y cómo son vistas dentro de la sociedad. Podría decirse que no son preguntas para el futuro, sino de las cuales se indaga también en el presente. Es grandioso como a través de varias figuras femeninas se entiende la multiplicidad de roles que podemos desempeñar, y a su vez creo que la formación académica de Kim Cho Yeop como científica hace que este aspecto sea explorando con mayor profundidad. ¿La maternidad cambia el aspecto laboral?, ¿las mujeres deben trabajar mucho más para ser reconocidas?, ¿dedicarse a un ámbito de estudio sin descanso es valioso? En los relatos se indaga por el quehacer científico de las mujeres y cómo se llevan a cabo investigaciones con el propósito de dar respuestas al mundo sobre diversos temas, desde la criogenia y la vida en otro planeta, hasta el lenguaje. Esto entonces le da un sello especial a la obra, pues permite al lector vislumbrar varios mundos posibles a través de mujeres y hombres que viven con ciertas creaciones e inventos en coordenadas especio-temporales no existentes, pero plausibles.
Al buscar más información sobre el género de ciencia ficción, se encuentra que este se caracteriza por explorar posibles consecuencias de previsibles e hipotéticos inventos o creaciones, este es el caso sin duda con los relatos de Kim Cho Yeop. Por ejemplo, en su primer relato que comparte título con el libro, explora la figura de la científica y se refiere a mundos no conocidos, el anhelo de un viaje a un planeta lejano. Nos muestra un mundo futuro con naves espaciales y seres humanos como colonizadores, con el deseo de probar otra vida fuera de la tierra a través de varios medios como los agujeros de gusano y la criogenia. También explora las relaciones humanas que se ven cambiadas a causa del contexto social y científico diferente. Ejemplo de ello es cuando una de las protagonistas del relato dice lo siguiente: “Solo estamos multiplicando la suma total de la soledad existente en el universo” expresando así su posición en el mundo y el cómo las conexiones humanas siguen siendo valiosas, así se hagan a un lado.
El segundo cuento guarda varias incógnitas que se van desentrañando poco a poco a través de una carta que envía un personaje femenino a su amiga. Todo se desarrolla a partir de una pregunta: ¿por qué no regresan los peregrinos? La intriga, la curiosidad, el olvido y la búsqueda por la verdad son los protagonistas de este relato que nos hace preguntarnos: ¿el conocimiento sobre el mundo está resguardado y se vive feliz bajo la ignorancia? ¿qué tipos de vida son las que tienen estos personajes en un hermoso pueblo alejado de la tierra? En esta ocasión nuevamente los personajes femeninos buscan su lugar en el mundo y la figura de la científica resurge a través del biohacking es decir mejorar el cuerpo humano y habilidades gracias a la tecnología.
¿Te has preguntado si en algún punto del universo hay otros seres?, ¿cómo podrías comunicarte con ellos? La búsqueda de la vida extraterrestre a través de viajes al espacio es el tema que se explora en el tercer relato denominado “Espectro”, en donde Kim Cho Yeop nuevamente nos aborda con términos científicos como la propulsión fotónica, los elementos bioquímicos básicos en la tierra y las expediciones espaciales. Una mujer científica es encontrada después de décadas y es acusada de crear historias sobre seres de otros planetas, algunos la acusan de mentir pues “su soledad debió ser terrible a punto de imaginar lo inexistente”.
En el cuarto relato no hay viajes al espacio o robots que acompañen la vida humana. De hecho, se presenta un mundo bastante similar al que vivimos actualmente, pero que se vería modificado a través de un invento que podría estarse planteando en el momento de escribir estas palabras. ¿Se imaginan poder tener de forma material diversas emociones, desde las más placenteras hasta las que más queremos evitar? Las situaciones a partir de ese invento tan novedoso quedan como aquellas de un futuro no tan distante en donde “esos productos son atractivos justamente porque dotan de materialidad algo inmaterial”; en este relato la posibilidad de materializar las emociones hace estragos o ayuda a las relaciones humanas.
En su quinto relato, el espacio vuelve a jugar un papel importante. La búsqueda por conquistar otros mundos y conocer otros seres no es una cuestión tan futurista incluso podría datarse de antes de la carrera espacial en los años sesenta; pero el que estos viajes sean posibles gracias a los avances de la ciencia es algo que apenas estamos explorando. Los astronautas son figuras que inspiran respeto y son ejemplos a seguir, ¿a cuántos niños no habrá inspirado Neil Armstrong después de ser el primero en pisar la luna? Esta idea del astronauta se desarrolla en el cuento denominado “Sobre mi heroína espacial”, en el cual una joven busca ser la primera en viajar al otro lado del universo a través de un túnel que no ha sido antes cruzado por el ser humano. En este proceso para ser candidata a dar el paso siguiente en la historia del ser humano se enfrenta a la verdad sobre su heroína. La autora nuevamente nos trae un mundo apoyado por argumentos científicos plausibles (al menos en teoría), y refleja cómo el ser humano busca conocer y explorar, sin importar que así pierda parte de su humanidad a través de la pantropía, es decir el mejorar el ser humano, un concepto usado por Blish en 1957 en un relato de ciencia ficción, y la ingeniería genética.
Las bibliotecas son uno de mis lugares favoritos y ciertamente prefiero los libros en físico a aquellos que puedo encontrar de forma digital. Algunos dicen que estos lugares van en su camino a la desaparición o que se convertirán en otro tipo de entidad ¿ustedes que piensan? Yo aún disfruto ir por los pasillos rodeada de libros y ojear páginas teniendo la materialidad de la historia en mis manos. En el penúltimo relato de Kim Cho Yeop se exploran las bibliotecas con un objetivo diferente al que conocemos. Usualmente, para buscar un libro necesitamos de ciertos elementos como el autor, el nombre del libro, el género, entre otros. Pero ¿qué hacemos si al buscar no encontramos el libro aunque sabemos está allí? ¿Se imaginan que, en lugar de libros, tengan la posibilidad de buscar la digitalización de la mente de un familiar que ya falleció? Las bibliotecas cambiarían de recintos culturales a lugares para rendir tributo a los muertos. Esto se explora a través de la relación de una madre e hija en el texto “ilocalizable”, no hay un paradero reconocible para aquel ser que le había dado la vida a Jimin. En este también se da un acercamiento al tema de la maternidad y de los roles de la mujer.
Por último, encontramos el relato denominado “La hipótesis de la simbiosis”. Empecemos recordando un poco sobre el significado de simbiosis que se define como la forma en la que individuos de diferentes especies se relacionan entre sí obteniendo beneficios. Hay de varios tipos como el mutualismo, el parasitismo y el comensalismo, entre otros. En este relato se explora esta relación a través de la figura de algunos investigadores tratando de entender, por medio de experimentos, lo que quieren decir algunos seres sin recurrir al lenguaje verbal. En medio de estas investigaciones comienzan a tener resultados que no tienen sentido. La figura del arte resulta ser la clave. A través de las pinturas de una mujer llamada Lyudmila se conoce sobre “ese lugar” que es otro planeta según ella. Sus pinturas son representaciones de este lugar de forma constante y las personas lo asemejaban con lugares desconocidos, pero que guardaban en su corazón, lo cual los hacia tener diversas reacciones emotivas frente a la obra de esta mujer.
Espero que se antojen de viajar a nuevos mundos con los relatos de Kim Cho Yeop, estos sin lugar a dudas están llenos de sorpresas y reflexiones para los lectores. Además, la autora explora con sus relatos varios mundos verosímiles en los cuales hay varios personajes bien desarrollados que nos llevan a conocer más sobre estas realidades incógnitas para nosotros.
Par de lectura: Adriana Mercado
Revisado por: Marisol Montiel
Referencias
Kim Cho Yeop. Si no podemos viajar a la velocidad de la luz. 2022. PlanetaLibros.
Que interesante leer sobre este tema. Nunca me imagine la ciencia ficción vista desde los ojos de un coreano, ahora estoy intrigada y me gustaría leer a los autores aquí recomendados. Muchas gracias por la información, de verdad es un tema que me ha llamado la atención desde que era niña.